Elige bien, y sorprendete.

No quiero endulzar nunca más los oidos de alguien ni actuar conforme a estúpidos convencionalismos, pues no por querer ser feliz acaba uno siendolo.
Realmente siento que he aprendido mucho, y deseo seguir haciendolo y errando, pero no dos veces con la misma piedra y en el mismo camino.

Ahora, una vez éstos bifurcados, hemos de reanudar nuestro viaje, ya sea hacia una estúpida meta impuesta, o en mi caso, hacia el destino.

Bendita providencia...:)